Comunicado con motivo del Premio Nobel de la paz 2024

El Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe (OPANAL) expresa su más profundo reconocimiento y extiende sus más sinceras felicitaciones a la organización japonesa Nihon Hidankyo, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2024, por sus incansables esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares compartiendo el valiosos testimonio de las y los Hibakusha, víctimas supervivientes de las bombas nucleares que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki y que, hasta la fecha, comparten las catastróficas consecuencias humanitarias de estas armas de destrucción en masa.

Este importante reconocimiento a la organización Nihon Hidankyo y las y los Hibakusha nos recuerda la urgencia de mantener y reafirmar el compromiso con el desarme para garantizar un mundo libre de armas nucleares, principios que además son fundamentos del Tratado para Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe -Tratado de Tlatelolco- y del Organismo para Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe (OPANAL).

En un contexto global de crecientes tensiones y de un riesgo latente de proliferación y uso de armamento nuclear, el OPANAL celebra este logro y reitera su compromiso de seguir trabajando incansablemente para alcanzar un futuro sin armas nucleares. Este premio Nobel es, además, una oportunidad para redoblar los esfuerzos de la comunidad internacional hacia la prohibición y eliminación total de estas armas, tal como lo refleja la primera resolución adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El Premio Nobel de la Paz 2024 se suma a una notable lista de galardonados que han contribuido a la causa del desarme nuclear, entre ellos Linus Carl Pauling (1962), Eisaku Satō (1974), el Embajador mexicano Alfonso García Robles junto con la embajadora sueca Alva Myrdal (1982), la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (1985), la Conferencia Pugwash y Józef Rotblat (1995), el Organismo Internacional de Energía Atómica (2005), y la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) en 2017.

El testimonio y el compromiso de todas estas personas y organizaciones, quienes durante casi ochenta años han trabajado incansablemente para liberar al mundo del devastador poder de las armas nucleares, continúan siendo un faro de esperanza para la consolidación de un mundo en paz y un futuro más seguro y libre de amenazas nucleares.

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